jueves, 15 de septiembre de 2011

Acostumbrarnos a la humedad

escribo arabescos con tus lágrimas de miel en lo amplio del ventanal,

el vidrio opacado por el vaho de la penumbra y nuestros alientos

me incita a cortar tu lánguida y calientita lengua en rollitos de placer,

recuerdo jugar con ella

mientras nos pellizcábamos los párpados

extenuados de tantos ocasos de luz,

entrando y saliendo

una y otra vez en nuestro cuerpos.



sumas y sumas de gracia,

como la noche eterna que escribo en la piel,

como el pecado andante de tu belleza ancestral

mítica como la noche

tan perfecta como solo tú sabes serlo.



y respiro dibujos de gotas abstractas llenas de tintas y color,

tantos sentidos en revolución andante aullan en trepidante gloria.

beso a la tierra fértil que me ata a mis raíces

mientras bebo toda la humedad de mi vida

y la de tu ser.

seguiré ideando en como transformar las partículas de sol

en astillitas de deliciosas gotas

para así mojarnos

hasta que dure lo que dura un fragmento de infinito

y volvernos humedad entre los poros.

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