domingo, 20 de marzo de 2011

Grandes Inventos para la Humanidad





Les presento a mis muy queridos prendedores de la colección "Grandes Inventos para la Humanidad" que diseñé como mi gran aportación a la estirpe humana a través de esta sátira ironía del producto. Son 4 diferentes: AK47, revólver, magnum y granada.

En lo personal considero que el diseño y creación de armas es de los actos más profundos e intelectuales que puede ejercer la cabeza humana. Jodidamente, a la par de este gran esfuerzo por desarrollar productos de alto impacto, de alta tecnología e innovación, eficacia y facilidad utilitaria con el usuario, su creación está enfocada a la destrucción escrupulosa de nosotros mismos como especie. Y vaya dato, después de la trata de personas y el narcotráfico, la venta de armas ilegales es el negocio más redituable de nuestro planeta. Zas.


Vivo en Nuevo León, México, un estado acechado por la violencia que recrudecida empapa de pesadilla y sangre nuestros días y nuestras noches. Estoy totalmente en contra de la violencia. Cursimente y casi religiosamente concuerdo con el discurso del buen Jesucristo, algo así como lo siguiente: el amor es la verdadera solución para las cosas. A pesar de todo esto, la realidad es otra, el ser humano es el peor y más agresivo depredador de la vida misma.


Vamos mal, digo, vamos mal.


Por naturaleza física el humano es de los seres más débiles que existen, en esta diversidad natural podemos encontrar infinidad de ejemplos de seres dotados de condiciones físicas mucho más fortísimas que nosotros. Desde nuestros inicios estábamos sometidos a vivir en cavernas porque no soportamos el clima, escapábamos de los animales más grandes y la única manera de hacerles frente era reunir a un grupo de muchos cazadores para hacerle frente a una bestia solitaria. Vivíamos con la cola entre las patas. Instintivamente estuvimos destinados a temer de todo. Temíamos del clima, de las bestias y de ciertas plantas, a pesar de todo nuestra inteligencia nos mantuvo firmes en el camino y evolucionamos. Conforme fuimos creciendo y desarrollándonos en comunidades cada vez más grandes y sedentarias nuestros miedos también fueron cambiando. Temíamos de nosotros mismos, de quien fuese más corpulento y fuerte para acabar contigo, de quien tuviera lanzas y espadas para atacar, después de quién tuviera armas de fuego. Luego nuestro miedo cambió hacia los pensamientos distintos hacia profesar otras religiones, hacia los colores de la piel, hacia ideologías políticas. Y la lista se hace infinita.


¿Afortunadamente? estamos dotatos de inteligencia mental que nos ha llevado a una evolución en todo nuestro rededor. Nuestra cabeza ideaba los remedios más certeros para nuestras necesidades, y nuestras manos -ahora las máquinas- se encargaban de darle forma a lo pensado. Lo que estoy afirmando es que desde el primer momento en que existimos estuvimos llenos de miedo, temor y nervios ante todo lo que nos rodeaba. Y como el miedo es una necesidad que satisfacer inventamos las armas. Y cuando estas eran más eficaces y letales que las de los contrarios podíamos finalmente dormir en paz y sentirnos veraderamente seguros.


Vaya evolución de mierda.


NO. En el fondo creo que el ser humano no tiene solución. Aunque guardo una pequeña y quizás estúpida esperanza que en cuestión de MUCHOS miles de años la condición básica humana ya no sea tan deplorable, atemorizada y violenta como lo ha sido desde sus inicios.


Si me compras algún prendedor, te lo entrego acompañado de un bonito empaque negro junto a un pequeño pergamino casi celestial con pensamientos propios respecto a estas "la mejor manera de sentirse seguro es saber que eres capaz de aplastar y acabar con todo lo que te rodea…”, entre otras peores.


Directo al grano, me gusta colgarme estos accesorios porque si tenemos armas con nosotros nos sentimos superiores, protegidos, chingones, que nadie podrá con nosotros, que no nos volverán a apuntar con un arma en la cabeza, no más asaltos, no más temor. Como no tengo dinero para comprar un AK47 y aunque lo tuviera sé que no tendría la osadía de portarla a mis anchas, uso estos lindos accesorios manufacturados a través de vectores digitales, cortes láser y acabados con mis manos.


Si les gustan pueden ir a comprarlas a la Madriguera del Barrio Antiguo o pedírmelos directamente a mi correo abrahamlinan@gmail.com


Para no seguir aburriéndolos con ideas propias de las cuales seguramente no obtendré nada los dejo con la siguiente afirmación universal para la paz y respeto humano:


HAGAN MUCHO EL AMOR.

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